martes, 30 de julio de 2013

ARS BOTÁNICA



Este proyecto de cuarto etapas empieza su ciclo con el otoño.
El otoño de nuestros campos y calles, que rodea nuestras casas, que llena nuestro jardín y nuestros ojos.
Esta etapa representada con toda la fuerza de sus colores, con todo el empuje de su potencial regenerativo, es también trabajo científico sin afán de clasificación o catalogación; trabajo artístico sin afán de manipulación, sin imposición de cánones estéticos.

El material orgánico recolectado se acomoda, se sitúa, se coloca delante de una fuente de luz que captura la sensibilidad de las fibras, de sus líneas.
En una de sus infinitas manifestaciones, la naturaleza se recompone.
El ojo vuelve a ver lo que distraído veía en el sueño de las formas que retornan encontrándose, recreando una mirada sobre ellas.

En este trabajo experimental entre ramas, hojas, pétalos, raíces de un bosque imaginado y reinventado, está el encuentro entre Julio E. Foster, fotógrafo, y Carla Giampaolo, artista plástico.
Hojas, semillas entran en el orden de sus miradas.
Se deja aire al puro, simple y complejo juego del material vivo que nos vuelve a emocionar.
Juego de fibra a fibra hablando un lenguaje sensible a la belleza de la transformación.

En esta íntima investigación de planos cortos hay espacios de luz y sombras guardadas entre los pliegues, escamas de piel y tejidos vegetales agitados por el aliento de quien descubre un orden ya existente.
Las relaciones entre el vacío dejado por una hoja y el lleno de un fruto, púrpuras los equilibrios de los volúmenes, la flor recolectada y capturada en el momento más fértil de su desplume.
Una ínfima suspensión, una sombra como pluma sobre una hoja como escama del aire, clorofila de luz.
Juego de luz y sombras sobre una íntima suspensión del tiempo y un íntimo recogimiento del espacio.